Valor y al cine

El objetivo de este blog es colgar en él críticas, opiniones, artículos o comentarios sobre películas de cine y relacionarlas, siempre que se pueda con valores humanos. Se busca el poder tener un fondo para trabajar películas en el aula o con clara finalidad educativa.

miércoles, 17 de junio de 2009

Contra la pared

Director: Fatih Akin
Actores: Birol Ünel, Sibel Kekilli, Catrin Striebeck, Guven Kirac, Meltem Cumbul, Cem Akin, Aysel Iscan, Zarah McKenzie, Stefan Gebelhoff, Francesco Fiannaca, Mona Mur, Ralf Misske
Año: 2004
Nacionalidad: Alemana, turca
Género: Drama
Trama: “Puedes acabar con tu vida sin matarte”, le susurra el médico. Cahit, 40 años, temporalmente recluido en una clínica psiquiátrica después de un intento de suicidio, entiende la críptica frase: debe volver a empezar. Pero su alma atormentada le obliga a ahogar su dolor en el alcohol y las drogas. Sibel, bonita, joven y turco-alemana (como Cahit), disfruta demasiado de la vida para ser una musulmana decente. Desesperada por escapar de la cárcel de su devota y conservadora familia, finge suicidarse. Pero no consigue la libertad, sino la deshonra. Sólo el matrimonio puede salvarla. Ruega a Cahit que se case con ella. Él acepta muy a pesar suyo. Quizá porque quiere salvarla o quizá porque quiere hacer algo por una vez en su vida. Comparten el piso y poco más. Ella disfruta de la libertad. Él ve esporádicamente a una medio novia. Pero el amor entra en su vida de puntillas. A medida que se enamora de Sibel, descubre la alegría, reúne fuerzas para seguir adelante. Ella sigue saliendo con otros hasta que, de pronto, también se da cuenta de que está enamorada de Cahit. Pero es demasiado tarde, un ataque de celos acaba en un homicidio. Encierran a Cahit en la cárcel y Sibel huye a Turquía. Su corazón y su mente siguen con Cahit, pero, ¿cuánto durará?

Comentario: Un recogebotellas sin futuro, un bebedor que lucha con el recuerdo de su esposa muerta. Una chica suicida que busca alejarse del rol tradicional de mujer turca, para acostarse con todos los que desee, tratando de evitar ese deseo real de cortarse las venas. Una propuesta de matrimonio, una amenaza de suicidio, y un “y por qué no” que termina por concretar una unión donde él fingirá ante la familia de ella, ella tratará de no afectar la libertad de él, y todos tan contentos.
El problema es que los problemas llegan aunque uno no los busque, y un amor naciente en un universo de conflicto no está exento de la etiqueta. Un amor en una casa que debe transformarse, entre dos personas que deben transformarse, y entre dos vidas que tratan de cruzarse pero mantienen la separación. Un reflejo de esa pseudo-vida previa, esa vida urbana en Alemania, siendo turcos alemanes que no acaban de encajar del todo y que viven (o sobreviven) con nostalgias o con deseos de olvidar el pasado; un reflejo ante el espejo de vida, que desea ser real y no un mero espejismo.
Amor complicado, amor doloroso, amor de ventanas a ese otro sitio donde todo puede ser mejor, donde uno deja de golpearse Contra la Pared.
Sin la menor intención de disimular el tono dramático de la historia, y pese a cortes a la luminosidad de una cantante y un grupo de música tradicional con Estambul de fondo como contraste, el director y guionista Fatih Akin hila una historia de salvación como motivo y como eje, con las pérdidas y retos que el amor representa, y con un tono de desesperanza que invade a los personajes junto con la música o las drogas, desde todos los frentes, librando batalla al amor, el motor universal que ojalá pueda lograr la redención anhelada.
Escenarios. Espacios. Puertas. La puerta del piso de Cahit, con todo y las pinturas, la puerta desde donde la familia turca se entera de lo que ocurre, la puerta del autobús que se cierra para llevar al pueblo turco, la ventana desde el cuarto de hotel donde se hace –construye- el amor , la puerta de cada bar –como antesala del infierno personal de los protagonistas-, la puerta de la cárcel de donde salen los asesinos tras cumplir la condena, la puerta de los cuartos de hospital, la puerta del auto que se abre para salvar la vida al cuerpo acuchillado... Con múltiples puertas y ventanas como testigos de esas transiciones y esos distintos mundos, la cinta es una suma de accesos (entradas, salidas), de marcos, de opciones, de rincones posibles en esa construcción del amor, de un amor que quiere la puerta cerrada para amar, y abierta para poder salir a gritos si es necesario.
Una historia de múltiples accesos, sí, pero una única lectura, una historia de drama en toda regla, con amor de fondo, con moralejas y con gusto amargo.
Una muy dramática puesta en escena, un par de estelares con papeles memorables (los roles de Birol Ünel y Sibel Kekilli son excelentes) y una historia de dolor y redención. Un drama de altas proporciones.
Como dato adicional, la cinta se llevó 27 premios mundiales, entre ellos el Oso de Oro en el Festival de Berlín 2004, el Goya a la mejor película europea del 2004 y los premios a mejor película y director del cine europeo.

El guión se le ocurrió al director por una experiencia que tuvo con una amiga turca que le pidió matrimonio por conveniencia.
Película muy dura y contundente, para trabajar a partir de bachiller y con mucho cuidado.
Los valores se pueden encontrar en la relación de los protagonistas, pero el ambiente en el que se mueven es un ambiente muy enrarecido, cargado de contravalores.


De todas maneras yo la recomiendo a personas que les guste el buen cine, visceral y contundente.

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